Vik - Holmur

Salimos pronto de Vik para poder aprovechar el día, la primera parada a la salida de Vik, repostaje y compras de algún souvenir. Las gasolineras Islandesas son diferentes, un único surtidor, en mitad de la nada, con dos mangueras, Diesel y gasolina o Benzin. El pago...la visa. De camino a nuestro siguiente objetivo hacemos varias paradas en la zona de Myrdalssandur, donde recogemos distintas piedras de magma cerca del glaciar Myrdalsjökull. Continuamos nuestro viaje hacia Kirkjubaejaraustur. Durante el trayecto realizamos un sin fin de paradas para sacar varias fotos del paisaje.

Proseguimos nuestro viaje, hasta el cruce de Landmannalaugar, donde nos desviamos, sólo nos separan 75 km de un espectáculo sin comparación alguna en la tierra, solo la luna puede parecérsele. Pronto se acaba el trazado asfaltado y comenzamos a subir por un infierno de piedras, baches y polvo, cantidades de polvo. Landmannalaugar es un enorme campo geotermal que se levanta en el corazón de la reserva natural de Fjallabak. Landmannalaugar sorprende por su paisaje tachonado de montañas coloreadas de negro, ocre, azul y blanco. Estos colores surgen debido a la cantidad de riolita acumulada en el terreno. Tras recorrer 65 km por la pista de piedras, un río se cruza en nuestro camino impidiéndonos continuar. Un Lugareño muy amable se detiene ante nosotros para comentarnos que podemos vadear el río por esa parte sin problemas, puesto que el río no es profundo, pero que no lo vadeemos más abajo puesto que si es profundo en esa zona. Tras dudar con proseguir nuestra aventura, dejamos que el cruce primero el río para ver como lo hace. Y finalmente decidimos darnos la vuelta para evitar un susto. Tras más de 2 horas de camino volvemos a coger la Ring Road. La aventura se ha frustrado y ha resultado dura pero merece la pena intentarlo, quizás en otra época del año sea más sencillo cruzar los ríos... y por supuesto, ni locos intentéis realizar esta aventura sin un 4x4, de lo contrario lo lamentareis como lo lamentó el pobre Alemán que tuvimos que recoger en el camino tras tener un percance con el coche y quedar este en la cuneta.

Por fin llegamos a Kirkjubaejarklaustur, villa que tiene más letras en su nombre que habitantes, 300 en la actualidad. El nombre de la villa significa iglesia / granja / convento, gracias a un antiguo monasterio benedictino fundado en el siglo XII. Como la aventura de landamannalaugar nos había agotado paramos en una gasolinera para reponer fuerzas.

Proseguimos con ansias renovadas hacia el parque natural de Skaftafell, uno de los puntos de visita obligado en nuestro viaje a Islandia. El que por extensión es el segundo parque de mayor tamaño del país, es sin duda el primero por lo que respecta a su enorme cantidad de atractivos turísticos. Incluye varios brazos helados originados en el glaciar, aunque su mayor atractivo es la catarata de Svartifoss. Sus aguas caen sobre unas oscuras columnas de basalto que se asemejan a los tubos de un órgano. Y que se formaron al enfriarse la lava de un volcán. El parque lo conforman cuatro glaciares. Desde la caseta del parque arrancan varios senderos bien señalizados que permiten recorrerlo a pie. Tras más de 2 horas caminando por el monte decidimos subirnos al coche y ponernos rumbo al lago Jókulsarlón.

Al llegar a la laguna del río glaciar Jókulsárlón, la primera expresión es de asombro ante aquellos casquetes del glaciar Valnajökull. A primera vista , parece que estés en el polo norte. Pequeños icebergs flotando que poco a poco van camino del mar, no sin antes pasar bajo un puente. Una estupenda estampa en la que incluso hemos podido ver algunas focas...

Al otro lado, las playas de arena negra de Breidamerdursandur, destino de los bloques de hielo.

Y tras un largo camino, llegamos a Holmur, cerca de Hófn, donde pasaremos esta fría noche, en compañía de uno granjeros muy amables que incluso nos presentan a su perro Lucas y a su gata siamesa Mona Lisa. Resultan ser gente muy atenta. Y si el día había sido largo, la noche también resulto serlo. Compartimos la cena con Marco, un colombiano con el que coincidimos en la granja, que vive en Los Ángeles y que estaba realizando el mismo viaje que nosotros pero en sentido contrario.

Y mañana el Glacial Vatnajökull nos espera...